BANOVSKY ® es el reflejo de una pasión íntima, un proyecto que germinó desde el deseo. Un deseo profundo de crear piezas que no solo hablen de estilo, sino de identidad, de autenticidad. Desde pequeña, me cautivaron las texturas, los colores, los materiales, y siempre sentí que la moda era una forma de conectar conmigo misma, con mis sueños y mis emociones. Pero fue a través de un proceso de autodescubrimiento que decidí materializar todo lo que había estado rondando en mi mente durante años. Así nació BANOVSKY ® y mi historia.
Mi nombre es Guillermina Gazia, nací en Viedma, Río Negro, una ciudad que me enseñó a soñar, a desear y a seguir mis propios caminos. Desde niña, supe que mi vida estaría marcada por la creatividad y la pasión por la moda. Crecí sintiendo que los textiles, los colores y las formas tenían un poder transformador, no solo para cambiar lo que vemos, sino lo que sentimos.
A los 23 años, decidí que era el momento de dar un paso hacia lo que siempre quise: crear algo auténtico, algo que hablara de mí, de mi visión del mundo. Así nació BANOVSKY® , una marca que no solo habla de ropa y accesorios, sino de una declaración personal. A través de BANOVSKY® , encontré la libertad para expresarme sin miedos, sin filtros, y es por eso que mis piezas están llenas de significado.
BANOVSKY® es también un homenaje a mi familia entera. A mis, ojalá, eternas amistades. A los valores que me transmitieron mi sabia, estupenda y valiente madre. A mi fabuloso y racional padre. Y particularmente al legado de su bisabuelo paterno, Silvestre Banovsky, uno de los primeros sastres de la Patagonia Argentina. Silvestre llegó desde la República Eslovaquia y, al establecerse en Carmen de Patagones, enseñó su oficio. Ese legado de precisión y dedicación en la costura pasó de generación en generación, y hoy, lo honro al observar con detalle cada puntada de los productos. El nombre BANOVSKY® no solo refleja esa tradición, sino también una identidad que, a pesar de los años, sigue viva en mi sangre.
El lema de la firma es Chasing the roots of desire — "Persiguiendo las raíces del deseo". Este lema nace de la profunda conexión que tengo con mis propios deseos y sueños, aquellos que me acompañaron desde pequeña. Mis raíces están en los momentos de mi infancia, en las huellas que la vida ha dejado en mí, pero también en ese anhelo constante de explorar, de descubrirme y de evolucionar. Fue ese impulso de expresar quién soy, de conectar con mi esencia más profunda, lo que me llevó a seguir mi camino y a crear una marca que, al igual que yo, persigue la autenticidad y la transformación.
El momento que encendió la chispa de BANOVSKY® fue un viaje a La Rioja, Argentina. Rodeada de paisajes que parecían salidos de un sueño, de tierras en tonos terracota que vibraban bajo el sol, y de verdes intensos que emergían entre los cactus y las plantas autóctonas, sentí que era el momento de dar ese paso. La naturaleza salvaje y vibrante de la región me ofreció una paleta de colores y texturas que se imprimieron profundamente en mí. Fue ahí donde nacieron las primeras ideas para mi colección, una colección que surgió de la valentía de conectar con lo más genuino de mi ser y del deseo de compartir con el mundo esa energía única que me envolvía.
Hoy, BANOVSKY® no es solo una marca de moda, es un reflejo de independencia, de pasión y de autenticidad. BANOVSKY® soy yo, Guillermina, quien con dedicación y amor crea cada pieza, diseña cada colección y da vida a cada detalle. No tengo un gran equipo, pero cada pieza se hace con el mismo cariño y cuidado con el que imagino mi visión del estilo y la identidad.
Las texturas que me acompañaron desde mi infancia —el cuero, las lentejuelas, la seda y el encaje— se entrelazaron con las corrientes de mis emociones más intensas, esos mundos de energía, seducción y libertad. Y por supuesto, las gafas, ese pequeño gran accesorios que, para mí, implica mucho más que un complemento: son una forma de ver el mundo, un reflejo de una mirada única y personal.
BANOVSKY® es mucho más que ropa y accesorios, es mi historia. Es la manera en que decidí compartir mi identidad, mis raíces y mis deseos más profundos con el mundo. Porque, al final del día, lo que realmente importa es tener una identidad propia, es seguir nuestros deseos, nuestra pasión y eso se siente simplemente increíble.
Con anhelo y amor,
Gui Gazia.